Segmentos buenos y malos. Esa es la vida. Aportes, reportes, de-portes, importes. Luz sobre papel, color al fin y al cabo.

martes, 31 de mayo de 2005

Otro fin de semana

Pasó otro fin de semana, otro fin de semana de los largos. De esos en los que el lunes se vuelve más amigo del domingo que del martes, de esos que alargó Emiliani con su ley de "puentes". Y no salimos. Extraño esos fines de semana de salidas, de camping, de caminatas y de mochila. Yo sé que ustedes también. Esos fines de semana que alegran la agenda, los que le dan esperanza al miércoles, los que llenan de ansiedad el viernes y de historias los martes. Yo quiero volver a hacer otra lista de cosas para meter al morral. Tener que ir a comprar pilas para los radios y las linternas. Afilar los cuchillos para poder cortar la libra de Caderita salvaje del mercado. Alistar el multiusos de tenedor y cuchara. Contar y recontar los anzuelos. ¿Será mucho pedir?


jhoyos

viernes, 27 de mayo de 2005

Ex-Libris

Hace pocos días escarbando en una venta de libros de segunda
mano encontré un librillo manido que tras la portada tenía
un ex-libris impreso. Este removió en mi memoria cuando en
la universidad presenté como proyecto central de una de las
materias la ejecución de mi ex-libris. Al final de semestre,
a causa de una regular asesoría, resultó que el ex-libris no
era material de diseño gráfico sino que estaba contemplado
dentro del área de las ártes plásticas. Claro, igual mi nota
fue buena, no así la del asesor...

Pero, ¿Y qué es el ex-libris? Es una pequeña obra de arte.
Es un sello de identidad de los propietarios de libros.
Algunos muy antiguos con imágenes heráldicas, otros más
recientes y otros modernos, pero todos llenos de símbolos y
alegorías que intentan reflejar el pensamiento, el carácter
y la esencia de su dueño. En pocas palabras, es un
atrapa-almas.


Uno de los más antiguos que se conocen es una placa de
barro cocido y esmaltado con jeroglíficos inscritos que
perteneció al faraón Amenofis III en el siglo XV antes de
Cristo. ¿Se imaginan?. Este se insertaba en las cajas que
contenían los rollos de papiros.

En la edad media los monjes que copiaban y hacían los
códices, las biblias, los beatos y los libros de horas
aseguraban la propiedad de los monasterios sobre las obras
con el ex-libris.

Con el nacimiento de la imprenta el ex-libris se "masificó",
pues había muchos libros producidos en serie y ex-libris
producidos en serie, ya que antes eran grabados o
xilografías realizadas de modo artesanal.


Hoy día, sobretodo en Europa, el ex-libris goza de
simpatizantes que se reunen, investigan, coleccionan e
intercambian y crean ex-libris. En las Américas, a pesar de
haber ciertas organizaciones amantes del tema, no es muy
conocido y menos usado.

Como dato curioso, hoy ya se habla del Ex-Webis, pero eso es
harina de otro costal. Después echamos carreta sobre eso.

Como conté al principio, yo tengo mi ex-libris, grabado con
gubias sobre linóleo. Pero, para serles franco, no lo uso
mucho pues me apena herir los libros con pegante y un papel
impreso, así sea un ex-libris. Cosas que tiene uno.

Los invito a leer mucho, a incrementar su bilioteca y tener su
ex-libris. Si lo hacen ustedes mismos, buenísimo. Si
necesitan quién se los diseñe, ya saben, llamen. :-)

Un Abrazo y feliz fin de semana para todos,


jhoyos

miércoles, 25 de mayo de 2005

Le vale hongo al coronel

Pues resulta que ahora tenemos un hermano latinoamericano que quiere ponerle más carbón a esto de Todas las manos todas. Bueno, no es precisamente carbón lo que le va a meter. Carbón es como la va a dejar. Qué miedo de usted, coronel, con silos tan bonitos como los que adornan el horizonte de la patria de Anastasia.
...
Después de 10 años de silencio la guerra la perdimos todos por falta de palabras para decirnos cuánto nos apreciabamos de verdad. Qué tontería. Nadie recuerda el origen del conflicto. Nadie recuerda el día ni la hora, nadie recuerda lo que se dijo, se quiso decir o se dejó de decir. Al cabo del tiempo sólo teníamos claro que estabamos de disgusto, que su andén era su andén y el nuestro era el nuestro. Y mientras caían los árboles se pensaba que ahí íbamos a estar nosotros por siempre para de la noche a la mañana volvernos a decir vecino. Pero no fue así. El ejempo de los árboles no se atendió y estos cayeron en vano. Vamos muriendo, desde chicos, desde siempre. Y no hay que esperar a que los noventa y cinco nos consuman de adentro pa' fuera. La verdad es que el árbol puede caer hoy o caer mañana. Y pasado ya no estar.
...
Entonces para qué diablos la guerra. Para qué el silencio. Para qué la lanza en ristre si después nosotros mismos tendremos que curar las heridas, sean nuestras o no...

De vecino a vecino... deje esas malas ideas, coronel, que al final la Pachamama es la que cobra.


jhoyos

lunes, 23 de mayo de 2005

La Sonrisa y las Espinas

La espinas me las quedo y te devuelvo la sonrisa. Palabras que salen delgadas porque las sonrisa es delgada. Miradas que salen estrechas porque cuando sonríes los ojos se estrechan. Dejos de tintas de calamares andinos, porque las cosas se nublan cuando se sale corriendo. Rasgos de colores de tizas usadas... Qué triste. Tizas usadas, solitarias y calladas. Más bien te devuelvo las espinas y me quedo la sonrisa.

Ya te veo bien, aunque adolorida. Aunque borrosa. Aunque diferente. Y las espinas... ya no están. Je je. O no las veo. Se esconden bien como peces bajo piedras. Los has visto ¿no? Mientras no las vea. Mientras no las veas. Mientras nos veamos como vamos para dónde vamos? No supe dónde poner la interrogación, pero había que ponerla. ¿Cierto? Ahí sí quedó buena. Y las espinas... Más bien el sunday de calabaza. Es mejor que las espinas.

Se suponía que yo tenía la sonrisa. No la veo. Ah ya. Y sonrío. Ahhh ya entiendo. Sonrisa sin cara. Como rosa sin espinas... no me gusta. Prefiero la cara con sonrisa. Aunque prefiero la espina porque la rosa no me gusta tanto. Clac, clac, clac. La sonrisa del teclado. La sonrisa en el tejado. Muchas brujas.

Se va el tiempo. El tiempo de pensar y escribir al mismo tiempo. Feliz cuarto de hora. Pensaba que quería hablar. Quería otra cosa. Uff, qué vuelta que dió esto. Tan raro. Es esto y colorear pixeles y pensar en la salida. Corriendo. La campana y la montaña. El cencerro y la bota. La vaca y el pasto. El camino. El camino y la sonrisa y la espina en el zapato. uahhjj...

Y después hablo de la piel de gallina. Por donde salen las espinas.


Feliz noche.



jhoyos

jueves, 19 de mayo de 2005

Código de Barras

Absurda la violencia en los escenarios deportivos. Si bien la fuerza, la lucha, el ataque, la defensa, etc. son inherentes a algunos deportes, la violencia no lo es. Por eso existen los reglamentos. Por eso existen los árbitros. Por eso existen las sanciones. Básicamente el deporte y las competencias existen para reemplazar la violencia.

Por eso hay que tener Códigos de Barras.

Que cada barra de seguidores e hinchas tenga su código de comportamiento controlado por responsables y que se haga cumplir. Hasta donde sé, en Cali ya se han dado los primeros pasos: la conciliación inicial para arrancar cualquier proceso y de ahí en adelante, elaborar los códigos.

Pero también que cada barra y cada uno de sus integrantes esté matriculado o registrado en un sistema de control ante los organismos municipales. Que cada uno tenga su código para poder ser identificado más fácilmente, porque hay que garantizar la tranquilidad y la vida.

Tal vez así se eviten vivir entre barras...


jhoyos

lunes, 16 de mayo de 2005

Que no quede duda

¿Para qué más habrían de estar los amigos del corazón?

jhoyos

Desde el correo

Bueno, esto es nuevo para mi: esta nota la escribo desde mi correo...
El sistema es bueno. ¿Cierto, Mefistófeles?

sábado, 14 de mayo de 2005

Los Autores

Somos los autores de este intento escrito. Mefistófeles, espíritu con pelos, lechón de gato, cabeza-de-choque... y yo, su humilde servidor (del bicho), bolsillo de sus males, su adoptado por azares, por causas amigas.

Posted by Hello

La segunda

Sigue siendo un ensayo. Esta nota la envío desde el botón blogger de google, a ver cómo sale...

Punto ini

Bueno, es la primera en la frente, como diría Mefistófeles. Veremos cómo es que funciona esto.