Segmentos buenos y malos. Esa es la vida. Aportes, reportes, de-portes, importes. Luz sobre papel, color al fin y al cabo.

jueves, 26 de julio de 2007

Amarillo, Azul y Rojo


Ni modo de decir que volví a la infancia. Más bien hicimos un poquito de infancia. El fin de semana pasado, que tenía dos días festivos y un día más sin programa aparente, nos decidimos a hacer un par de cometas. Nunca en mi vida había hecho una cometa y realmente no tengo un recuerdo claro de haber volado una. Pues manos a la obra.

Viernes 20 de julio: hicimos una de las cometas después de darnos una vuelta por el Panamericano, parque caleño que en los meses de julio y agosto se llena de vendedores de cometas. Espionaje industrial, que llaman, pa'ver cómo se hace eso. Papel celofán con los colores de la bandera de mi Colombia querida, varitas de madera, hilo cáñamo y pegante para construír una cometa de 110 cm de diámetro. Esa misma noche nos fuimos para el cerro de San Antonio a intentar volar esa cosa que suponíamos funcionaría. Toda la familia pendiente del asunto pero nada, para que haya cometa se necesita viento, y esa noche no hubo viento, sólo unos pequeños amagues de ráfaga que nos hacían correr a los puestos, tomar la cometa en las manos, el hilo al otro lado y: "¡ya! ¡lánzala! ...¡plaf!". Y de remate, después de varios intentos, llovió. Pa'l carro y pa'la casa con la cara larga.

Sábado 21 de julio: La fe viene en montañas de a dos. En la mañana nos fuimos a casa de mis suegros y allí hicimos la segunda cometa, sin ni siquiera saber si la primera volaba. A eso de las 2 o 3 de la tarde salimos de casa. De nuevo toda la familia en torno a esas dos dudas. Mi suegro alcanzó a proponer que de todos modos compráramos una en el Panamericano, de esas de $6.000 pesos, como para no perder la salida. Hombre de poca fe.. jejej. Así pues, salió toda la tropa en pos de un buen viento para elevar esas dos cosas que parecían cometas.

Al fin decidimos ir a Dapa, región montañosa cercana a Cali y que se caracteriza por los fuertes vientos. En el camino empezó a llover duro. Mi frustración alcanzaba un tope insoportable... el niño que hay en mí y que ese día llevaba dos cometas a elevar casi llora. Al fin allá arriba en Dapa estaba haciendo buena tarde. Llegamos, armamos la primera cometa y se elevó!!!! con unos seis o siete metros de cola, esa cosa de papel celofán, hilo de cáñamo, madera y pegante se elevó con el fuerte viento. A los diez minutos y cuando ya empezábamos a coger confianza se reventó el hilo. La vimos caer entre dos montañas. Fuimos a ver si se podía rescatar, más o menos un kilómetro carretera y río abajo, pero quedó en un punto de difícil acceso. Irrecuperable. Pero bueno, eso es parte del rollo y había otra cometa.

Entre los que estábamos y otros primos de Patricia que llegaron con su propia cometa en forma de ala delta (comprada, eso si) y que volaba elegantemente pidiendo y pidiendo hilo, alistamos la segunda. Estuvo algunos minutos en el aire, pero por falta de cola (asuntos de la física) cabeceó, giró, hizo tirabuzones, espirales, piruetas, doble vuelta mortal, triple vuelta mortal hasta que se envolvió en el hilo de la cometa comprada que volaba elegantemente y por el roce, el calentamiento y la fricción entre los materiales (asuntos de la física) se cortaron los dos hilos. Gritos generales, incredulidad, y decepción. La fabricada cayó al piso, más o menos por el mismo sector de la primera y la comprada, oh sorpresa, ¡se mantenía en el cielo!. Por el peso de la otra cometa que llevaba enredada, la velocidad del viento y todo eso (asuntos de la física) la comprada arrastró el hilo sin elevarse más de lo que estaba y enredó el cabo en la montaña del frente, en una zarza no ardiente pero si seca que nos hizo el milagrito. Asombro total. Comisión de rescate y salimos montaña abajo por un camino como tropa de bomberos. Al fin recuperamos la comprada mientras unos chicos de la región recuperaban la segunda, la fabricada. O lo que quedaba de ella.

Al final... una tarde llena de alegría y metáforas, porque a lo que se vive a diario hay que exprimirlo para sacarle alguna lección. En esencia aprendí que entre más grande sea lo que se haga, más resistencia encontrará, pero no se trata entonces de hacerlo más pequeño, sino de que oponga la menor resistencia posible (asuntos de la física). Sean de lo que sean, todas las empresas deben ser aerodinámicas.

Fue un buen Día de la Patria.

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3 Comentarios:

A la/s 4:02 p. m., Blogger Andrés David dijo...

Idealmente no sólo aerodinámicas sino flexibles para lidiar con circustancias cambiantes. A tu día le quedó faltando la cometa en los cables eléctricos, imagen clásica.

 
A la/s 9:07 a. m., Blogger Unknown dijo...

Recuerdo aquellos paseos a "elevar" cometas en familia.. Y los famosos "mensajes" que desde abajo se enviaban una vez la cometa estaba en pleno vuelo... Y si, muchas quedaron enredadas en las cuerdas electricas.... Gracias por hacerme recordar y vivir de nuevo aquellos dias.....

 
A la/s 12:45 p. m., Blogger Carlos V dijo...

Leyendo esto me acorde que una cometa me enseño a no forzar las cosas (si las cosas no se dan, es por algo)... Mi papa nos habia regalado a mi hermano y a mi una cometa de esas de tela y que no necesitaba de "cola" (lo ultimo en guaracha en aqueños años). " La cometa no se saca de la casa sin mi permiso" nos advirtio. Pues bien, un dia entre semana (y por la negativa de mi papá de darnos permiso para jugar con la cometa a pesar de nuestras multiples suplicas y lloriqueos) mi hermano Paco y yo decidimos ignorar las advertencias de mi papá y sacamos la cometa sin su permiso. Tratamos de elevarla pero lo unico que conseguimos fue enredarla en los cables de energia en la esquina de la casa.

 

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